jueves, 25 de febrero de 2010

Intro

No quizás por ser el Misterio
-contra la misma piedra siempre
y del chichón una flor: poema-,
sino porque se puede
hablar al pedo,
como dicen los muertos
que se viven quejando,
la reputísima madre.

Por eso:
porque le da libertad
al “material representativo”,

y claro,
roncha-muerte
jugo-muerte
teta-muerte
lo-que-quieras la muerte
ta-te-ti la muerte
la muerte ta-ta-ta,

y rebalsa el bosque
una noche viscosa,
se derraman las estrellas...
y... oh, la muerte.

Poema como un pólder
le gana terreno
al mar
de la muerte.

Isla
o barquito al menos.
Los muertos:
los que habitan los países bajos.

La muerte: palabra,
que ninguna otra palabra mata.